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martes, 1 de abril de 2008

Bombylius discolor

Clase: Insecta
Orden: Diptera
Familia: Bombyliidae
Género: Bombylius
Especie: Bombylius discolor Mikan 1796


Las larvas de Bombylius se desarrollan como parásitos de los nidos de otros insectos, con frecuencia abejas solitarias (Halictus, Colletes, Andrena) que suelen excavar sus nidos en el suelo. En su más tierna infancia las larvas de Bombylius se alimentan de las provisiones de polen que la abeja acumuló, conviviendo ambas larvas, la de Bombylius y la de la abeja como compañeras de nido. Pasado algún tiempo los dos compañeros han crecido, y se hace evidente que la madre abeja llenó la despensa pensando en una sola larva, no en dos. Con dos bocas comiendo, las reservas de polen amenazan con acabarse antes de que los dos amigos completen su desarrollo... aquí termina la bonita historia acerca de los dos amiguitos que comparten nido. A la larva Bombylius no le preocupa cuanto polen queda. Hace algún tiempo que ha decidido que en la última fase de su crecimiento va a cambiar la dieta polínica por una más rica en proteínas. Un día siente un repentino interés por su compañero...

La forma en la que las hembras de Bombylius ponen los huevos en los nidos de las abejas es muy peculiar.


Las hembras de Bombylius poseen un órgano en el extremo del abdomen que llenan de fina arena. Para ello se posan en un sitio con tierra fina y hunden su abdomen con movimientos característicos para rellenar su depósito. Su función es recubrir los huevos de una fina capa de arenilla, tal vez para camuflarlos, protegerlos, hacer que pesen más o todas estas cosas a la vez. La razón está en la curiosa forma que tienen de poner los huevos.

Primero deben encontrar un nido de abeja. Cualquier agujero con el tamaño de la entrada de un nido de abeja solitaria despierta su interés. El problema de tener que dejar los huevos dentro del nido de una abeja, es que a la abeja no le va a hacer ninguna gracia, y todo el mundo sabe incluidos los Bombylius que las abejas tienen aguijones venenosos y muy mal carácter cuando se enfadan. Así que la hembra se sitúa en vuelo cernido a escasos centímetros de la entrada del agujero y entonces, con un rapidísimo movimiento, lanza un huevo —recubierto de finísima arena— tratando de colarlo dentro del agujero. De su puntería depende el futuro de su descendencia.

Sin embargo, todo este sofisticado sistema de puesta se ve comprometido por el poco criterio de que hacen gala las mamás Bombylius a la hora de elegir los agujeros en los que lanzar sus huevos. Muchas veces se ve hembras examinando de cerca agujeros que nada tienen que ver con nidos de abeja. Otras veces se dedican a lanzar huevos dentro de los agujeros que dejan en los senderos los bastones de senderismo. Científicos enterraron tubos de ensayo en el suelo y los recogieron a los pocos días con gran cantidad de huevos de Bombylius en su interior. Parece pues que las hembras Bombylius seleccionan los agujeros de forma visual y que no son demasiado selectivas. ¿Que ven un agujero circular en el suelo del tamaño de los que excav
an las abejas solitarias?, pues un huevo que lanzan dentro. La estadística hace el resto. Algunos de estos agujeros serán nidos de abeja.

No es de extrañar que las hembras Bombylius pongan un número enorme de huevos. Las probabilidades de un huevo concreto de acabar en un nido de abeja no son demasiado altas.

Las fotografías corresponden a hembras de Bombylius discolor lanzando huevos al suelo. No pude ver ningún nido de abeja. Más bien parecía que sembraban huevos aleatoriamente. En la segunda foto, en la parte posterior del abdomen, se ve la cámara de tierra. Normalmente está recogida dentro del abdomen. Posiblemente la foto recoge el instante previo al lanzamiento de un huevo, de ahí que la cámara sea visible. Este movimiento de lanzamiento es demasiado rápido para apreciar lo que realmente sucede a simple vista.

2 comentarios:

  1. He intentado dejarte un comentario y no se ha grabado, bueno solo decirte que el artículo es fascinante y que muchas gracias por dedicar tu tiempo a escribir sobre estas criaturas que son maravillosas. Y las fotos pues una pasada, no se como has podido pillarlo en vuelo porque es francamente difícil.

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  2. Gracias a tí por tu comentario.

    Fotografíar insectos en vuelo puede resultar tan adictivo como fotografíar gotas. Las dos cosas crean la ilusión de detener el tiempo.

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